25 mar 2010

Historia del municipio de Terrer

En la web municipal del ayuntamiento de Terrer encontramos gran información de su historia además de otros datos de interes a los que podemos acceder a través del siguiente enlace:

http://www.ayuntamientodeterrer.com/

Historia

TERRER, se sitúa en la margen izquierda del río Jalón, precisamente cuando se abre el valle amplio y llano. Municipio de 650 habitantes, la superficie del término municipal es de 33,89 km cuadrados, tiene una altitud de 561 m. su situación: a 91 km al suroeste de Zaragoza, por la autovía de Aragón. Fiestas patronales el 9 de mayo en honor a San Gregorio, y el 4 de diciembre en honor a Santa Bárbara. Terrer, Vista Aérea

Se ha constatado que hubo asentamientos celtíbero y romano. Su antiguo nombre era Tarata y en su término municipal se libró campal batalla entre Quinto Sertorio y Metellio.

Terrer fue invadida por los musulmanes como toda la cuenca del jalón y a partir de la conquista de la comarca por Alfonso I el Batallador en 1120 y del otorgamiento del Fuero de Calatayud, las aldeas del Jalón y del Jiloca quedaron agrupadas formando parte de la llamada Comunidad de Calatayud.

Todas estas, Terrer entre ellas, dependían del Corregimiento de la ciudad matriz, como establecían las Ordenaciones Reales de la Comunidad hasta que en 1298 el rey Jaime II, a la vista de las demandas de autonomía pedidas por el pueblo, otorgó a Terrer carta propia, viendo así esta aldea reconocida su personalidad jurídica, aunque dependiendo aún en ciertos aspectos de la Comunidad de Calatayud.

Por una disposición de la Comunidad de 1289, los vecinos de Calatayud tenían derecho a leña, caza y pastos en los montes de Terrer, como contrapartida la contribución de esta localidad a los gastos de la Comunidad quedaba reducida a un tercio, se reservaba a la Comunidad los asuntos de jurisdicción penal, quedando sólo a Terrer la jurisdicción civil. Con este decreto, la cohesión de la Comunidad quedaba resentida y los vecinos no pararon hasta que consiguieron que el rey Don Martin el Humano dictase un laudo firmado en el palacio de la Aljafería el día de Noche Buena de 1398, en virtud del cual la jurisdicción criminal volvía a Terrer y se modificaba el estatuto del Consejo de Calatayud dentro de la Comunidad de acuerdo con el Fuero de Aragón.

El carácter señorial de Calatayud quedó, reducido casi exclusivamente a encabezar con su pendón las huestes de la Comunidad. Con la emancipación algunos municipios prosperaron pero otros pasaron con el tiempo a ser señoríos particulares, haciéndoseles la vida muy dura porque por influencia del Fuero de Barcelona los Señores se arrogaron una serie de derechos que no tenían antes, pudiendo dejar morir de hambre, sed y frío al vasallo homicida (Fuero de 1247).

Teniendo en cuenta que tras el controvertido testamento de Alfonso I, por el que donaba todos sus reinos y posesiones a las Ordenes Militares del Temple y del Hospital, el poder eclesiástico, aun después de haber sido impugnado dicho testamento, continuó detentando una buena parte del poder civil. Por esta causa, a pesar de que la Comunidad dé Calatayud con su aldeas continuasen siendo patrimonio alodial de la Corona, coexistía la jurisdicción del importante arcedianado de la Colegiata de Santa María sobre las aldeas de la Comunidad. Dicha jurisdicción establecida por el Papa Lucio II en 1182 no sólo se refería a aspectos eclesiales o pastorales, sino que en cierto modo incidía también en temas políticos y económicos.

Pero Terrer tenía además en su interior una Señoría detentada por los Martínez de Luna, con un castillo del que actualmente sólo queda la memoria y una iglesia.
Situada en la parte alta del pueblo, dicha Señoría tenía jurisdicción plena sobre los habitantes de su demarcación, tanto en lo civil como en lo criminal.

Había por tanto dos clases de ciudadanos en Terrer: los vasallos del Señor del castillo y los súbditos directos del rey, con fueros que les amparaban y gozando por tanto de las libertades que esta Carta Lagal les confería, en contra de sus vecinos de la parte alta del pueblo que quedaban a merced de la voluntad y el capricho de su Señor.

En virtud de los privilegios concedidos por los pontífices Alejandro II y Gregorio VII y confirmados por Urbano II a los reyes de Aragón para que poseyeran el patronato de las iglesias por ellos fundadas, Alfonso 1 formó con todas las iglesias de la Comunidad el citado Arcedaniado de Santa María, que sometió a la jurisdicción del Arzobispado.
En 1363, cuando las tropas castellanas de Pedro I el Cruel asolaban los pueblos del Jalón y del Jiloca, Terrer resistió y su castillo no pudo ser tomado por el rey de Castilla.
Siendo reconocido su heroísmo por el rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso, devolviéndole sus privilegios que habían sido abolidos durante los tres años de dominación castellana. Cuentan las crónicas que en la villa de Terrer "se hicieron las más logradas paces entre Don Pedro IV el Ceremonioso y Don Pedro I el Cruel".

Sus fiestas patronales del 9 de mayo en honor a San Gregorio, y el 4 de diciembre en honor a Sta. Bárbara, destacando la organizada por la cofradía en honor a San Pascual Bailón el domingo 17 de mayo.

Sobre un pequeño cerro, se yerguen todavía los restos de un castillo musulmán del siglo IX, que fuera bastión de Muza II Banu-Qasi, hasta ser conquistado por el Cid Campeador, según costa en el "Cantar del Mío Cid". La presencia musulmana dejó huella también en las obras religiosas cristinas: de estilo mudéjar son la iglesia parroquial dedicada a la Asunción de la Virgen y su torrecampanario de planta cuadrada. La iglesia, de un sola nave y con profundas casillas entre los contrafuertes, sufrió importantes reformas a fines del siglo XVIII. De entonces data la portada barroca, así como las diversas cubiertas: la bóveda de lunetos que cubre la nave, la cúpula de linterna y tambor ciego sobre el crucero y las bóvedas de aristas sobre las capillas y los brazos del crucero. La torre-campanario presenta cuatro cuerpos de ladrillo, resultando el segundo claramente inclinado y siendo rematada por un esbelto chapitel cónico.

Historia del municipio de Torres de Berrellén

En la web oficial del municipio de Torres de Berrellén encontramos amplia información sobre su historia, además de otros datos de interes a los que podemos acceder a través del siguiente enlace:

http://www.torresdeberrellen.net/


El Castillo

El "castillo del Castellar" está enclavado en el alto de los montes del mismo nombre, 320 m sobre el nivel del mar, sobre un cortado, en la margen izquierda del río Ebro, separando su cauce el municipio del castillo.

La historia del pueblo de Torres de Berrellén está tan ligada al castillo-villa del Castellar que no se puede hablar del primero sin conocer con anterioridad la historia de éste.
Desconocemos mucho de él, por eso nuestras fuentes consultadas difieren en muchos datos, aunque coinciden también en otros.






El texto que abajo exponemos está basado en: Una entrevista realizada en abril de 1992 al entonces párroco de Torres de Berrellén, Mosén Andrés Carreras, por el Aula de Adultos, que a su vez se documentaba en el Archivo Parroquial y en la Tradición (véase para ello El canto y Novena a la Virgen del Castellar de esta misma página web); el libro "Juan Pablo Bonet, su tierra y su gente de Ramón Ferrerons y Antonio Gascón, de la Diputación de Zaragoza; Folleto informativo de la Presentación de la Bandera Municipal, año 2001; Revista "Castillos de Aragón", mayo 1999



El Castellar se levantó en el año 1080, primera ocupación aragonesa en la ribera del Ebro, por el rey Sancho Ramírez, como una fortificación militar para defenderse de las incursiones árabes. En 1085 fue donado a su hijo primogénito, D. Pedro, junto con otros señoríos y el título de rey.

Bajo su cobijo creció una rica población, la villa de El Castellar, a la que se concedió carta puebla en 1091
El rey de Zaragoza "Zulema" se hizo vasallo de D. Sancho Ramírez, acrecentándole éste las parias que pagaba. Con ello, se construyó la iglesia de San Pedro, en el Castellar, el 10 de agosto de 1091, en favor de los obispos de Pamplona.
A D. Pedro, le sucedió su hermano D. Alfonso I, el Batallador. Este rey encerró a su esposa, la reina Doña Urraca, en el Castillo del Castellar, sacándola de él varios ricos hombres gallegos, obteniendo del Papa la nulidad matrimonial. (Otros dicen que el hecho ocurrió en el castillo de Miranda)
D. Alfonso I, al morir en 1134 legó a los templarios una gran parte de sus reinos, y uno de los castillos que les dejó disfrutar su hijo D. Ramiro II, el Monje, fue el de Torres del Castellar
D. Jaime II, el Justiciero, (1291-1327) hizo cumplir la letra apostólica que el pontífice Clemente había mandado al obispo de Zaragoza, D. Gimeno, para que procediera contra los templarios. Pero en contra de la voluntad del Papa Clemente V, el día que recuperó la ciudad del Montesa, creó una nueva orden militar llamada de Santa María de Montesa, cediéndoles los bienes que antes poseyera la abolida Orden de los Templarios.
En esta época (1317) la comarca del Castillo tenía mucho y buen arbolado
Un dato puede dar idea de la importancia que por entonces tenía la Villa del Castellar: La pechas o contribuciones personales sobre bienes y haciendas "echadas" por Jaime I en agosto de 1265 a diversas localidades de la bailía de Zaragoza, fueron las más altas las de Gurrea (9000 sueldos), el Castellar (4500), seguidas de Alfajarín, Borja Ariza, Pina (4000), Alfamén, Aranda y Tauste (3000), Cetina, Épila, Fuentes de Ebro y Rueda (1500). Se cree que en el sigo XII y XII, la villa del castellar, podría haber tenido unos 4000 habitantes.
Al desaparecer la Orden de Santa María de Montesa, todos los territorios, muebles e inmuebles de que eran usufructuarios pasaron a ser dominio del Estado y a la libre disposición del monarca. La monarquía aragonesa nombró entonces un consejo comunal, formado por las personas de mayor relieve. Dicha entidad se puso en entredicho, por lo que fue nombrado jefe, en pleno dominio y dueño del Castellar a D. Martín Díez de Aux por privilegio del rey D. Alfonso V, nombrándolo además, por carta real Justicia de Aragón, desempeñando ambos cargos desde el 30 de septiembre de 1433 hasta 1440
( Otras fuentes señalan que la propiedad de la tierra fue de señorío desde la conquista aragonesa del Valle del Ebro a principios del siglo XII, comenzando con Don Bacalla, señor de El Castellar y de la Baronía de Torres, conde y señor de Luna. A mediados del siglo XV es secuestrado por Alfonso V tras la rebelión del Conde de Luna contra el monarca, siendo vendido por el mismo por trece mil florines a Martín Díez de Aux.
Así mismo otras fuentes distintas dicen que El Castellar fue concedido por Jaime I, en 1258 a García Pérez de Figueroles. Pedro IV, para arbitrar fondos de guerra, lo vende a don Lope Fernández de Luna, por 25 libras jaquesas, junto con las villas de Luna y Fuentes, continuando con sus sucesores hasta que volvió otra vez a la Corona con el casamiento de doña María de Luna y Martín I. En 1421, Alfonso V lo vendió a Martín Díez de Aux, siéndole arrebatado tras su caída en desgracia con el rey. Fue comprado nuevamente por Xuan Ximénez de Cerdán por 45000 ducados jaqueses.El señorío de lo Cerdán se parte y el señorío de El Castellar queda como sucesión hereditaria de los duques de Villahermosa, señores de Pinseque, condes de Contamina.)

A la muerte del Justicia, su yerno D. Xuan Ximénez Cerdán, obtuvo el cargo de alcaide de la fortaleza. Durante el vacío de autoridad que en la práctica supuso el reinado de Juan II, que reinaba en Aragón desde la muerte de su hermano Alfonso V en Nápoles en 1458, y como un episodio más de los graves enfrentamientos que se sucedieron entre familias y grupos locales, Juan Ximénez Cerdán, que ostentaba el señorío de Pinseque, Peramán, Agón y Gañarul, y su hijo Jaime, señor a su vez del Castellar, Torres y La Zaida, entraron en conflicto con el municipio de Zaragoza, en el fondo por la pretensión de éste de hacer valer sus supuestos derechos a hacer leña. (La tradición oral dice que Xuan Ximénez Cerdán mandó matar a un vecino de Villanueva por hacer leña en el término del Castillo, por lo que los vecinos de Villanueva acudieron a Zaragoza a pedir ayuda. La ciudad procedió contra los Cerdanes, y éstos dieron muerte a un jurado de Zaragoza, por lo cual mandaron gente armada que quemó y saqueó la villa del Castellar en 1466). (Tal conflicto no era el primero. Por cuestión de lindes había habido cuando menos dos pleitos entre los concejos del Castellar y Zaragoza, uno que fallara Jaime I en Huesca en 1268, en favor de la villa, y otro de 1308-1309, ganado tras diversas apelaciones por la ciudad, y más tarde, por el mismo motivo, entre el señor del Castellar y el de Quinto, que motivó sendas cartas de Carlos V a Francisco Fernández ce Heredia, gobernador de Aragón, y a Antonio de Bononia, regente de la Real Audiencia de Zaragoza, datada en 1519, para que procurasen arreglar los pleitos y diferencias entre ambos.)
De resultas de aquél, no obstante, y lograda la adhesión de varios nobles, Juan hernández de Híjar Cabrera, primer conde de Aliaga, Lope Ximénez de Urrea, Artal de Algón..., el concejo de Zaragoza alzó una tropa que al mando del jurado "en cap" Jimeno Gordo salió de la ciudad el 9 de febrero de 1466 y, desde Alagón primero y Magallón después, y mientras se negociaba con los Cerdanes su sometimiento a Zaragoza, efectuó varias incursiones que destruyeron gran parte de la vega del Castellar, como otras propiedades suyas en la margen derecha del Ebro, entre ellas el pueblo de Torres, que fue quemado, hasta que, tras la mediación el arzobispo, volvió la tropa a la ciudad. ¿Se quemó la Villa del Castellar, el pueblo de Torres, o ambos?
Ya fuera destruido uno u otro, o ambos, la Villa del Castellar fue deshabitándose (en 1466, 6000 habitantes¿ ?) y en el censo de 1543 sólo se registran 17 fuegos, contra 18 en Torres. En sendos concejos celebrados simultáneamente en El Castellar y en Torres el 9 de octubre de 1567 asisten 8 cabezas de familia representantes del Castellar.
El rey D. Juan II hizo donación del poblado del Castillo del Castellar a D. Lope de Artal. como la estirpe de los Artal desapareció del árbol genealógico de la nobleza aragonesa, el poblado volvió otra vez a regirse por el Consejo Comunal, yendo al frente una de las distinguidas personalidades de aquella comarca, siendo el último de los alcaides D. Juan Pablo Cerreta, padre de Juan Martín Pablo Bonet





Descripción del Castillo

Debido a la composición el terreno; de la escasa vegetación, con grandes escorrentías; del material de construcción, piedra del terreno y ladrillo, y de su cercanía al río sobre un acantilado, poco queda de lo que en otro tiempo fue una importante villa. Gran parte de ella ha sido destruida por desprendimiento del terreno sobre el río, para muestra el impresionante desplome que en 1840 sufrió la ermita de Nuestra Señora del Rosario, llamada del Castellar, antecesora de la actual del mismo nombre: "Estaba situado el Santuario en un escarpado e inaccesible vericueto, á la izquierda del Río Ebro, y frente á la embocadura de jalón, á cuya derecha desagua (..). El día 24 de Marzo de 1840, á las siete y media de la tarde (...) se desprendió una asombrosa porción del monte, consternando el espantoso estruendo á tres ó cuatro jornaleros que se hallaban á la sazón en la vega, y (a quienes) la casualidad hizo espectadores de tan terrible acontecimiento. Este sólido edificio era vasto (...) y á excepción de los restos de una pared que daba al Nort-Este, todo él fue arrancado, y sumido entre multitud de grandes masas de tierra, y sobervios peñascos (...). Sus enorme moles lanzaron á los campos el pescado (sic) que el Ebro abrigaba en su seno y obstruyeron la corriente (...)
Estaba rodeado de murallas, aún puede intuirse 60 metros de ella de un espesor de 2,40 m y una altura de 8 metros. En el interior de la villa había cuatro iglesias: San Pedro, San Miguel, Sta. María la Antigua (después del Castellar, denominada antes como de Nuestra Señora del Rosario), la Ermita de Santa María Magdalena. Había molinos que servían para proporcionar agua, para molienda.


Fuentes para la información sobre historia y descripción de la Villa del Castellar (El Castillo): Archivos Parroquiales sobre una entrevista realizada en abril de 1992 al entonces párroco de Torres de Berrellén, Mosén Andrés Carreras, por el Aula de Adultos de la localidad; Libro "Juan Pablo Bonet, Su tierra y su gente, de Ramón Ferrerons y Antonio Gascón, diputación de Zaragoza; Folleto informativo de la Presentación de la Bandera Municipal; Revista Castillos de Aragón, mayo 1999


El Municipio

Nada sabemos sobre el origen del pueblo ni de su nombre; existen varias versiones: vascón, árabe, sobre una villa romana bajo-medieval. La tesis que tiene más acogida es la que piensa que el topónimo de Torres de Berrellén proviene del árabe "Ibn Ranán" (Aben Renén), nombre propio de persona.

Se llamó Torres hasta el año 1646 y viene recogida nominalmente como Torres de Berrellén desde 1713.
Las primeras menciones documentales de Torres de Berrellén datan del año 1117, en un documento del Archivo del Pilar que hace mención a un campo de Ibn Ranán, cerca de los ríos Jalón y Ebro, que se corresponde con la localización actual de Torres de Berrellén

A comienzos del sigo XI estuvo adscrita a la villa de El Castellar. Desde El Castellar, la población fue descendiendo a la ribera del río, creándose un nuevo barrio con parroquia independiente.
La propiedad de la tierra fue de señorío desde la conquista aragonesa del Valle del Ebro a principios del siglo XII, comenzando con Don Bacalla, señor de El Castellar y de la Baronía de Torres, conde y señor de Luna. A mediados del siglo XV es secuestrado por Alfonso V tras la rebelión del Conde de Luna contra el monarca, siendo vendido por el mismo por trece mil florines a Martín Díez de Aux, a quien sucede en 1440 su yerno Juan Ximénez Cerdán (de la casa de los Ximénez Cerdán, también señores de Pinseque)
Pocos años después, en 1466, la Casa de los Cerdán se enfrentó a la ciudad de Zaragoza al hacer valer sus derechos de la leña en el Monte de El Castellar, siendo asaltada la villa y casi totalmente destruida, teniendo que refugiarse sus habitantes en el cercano Torres de Berrellén, que pasaría a ser el nuevo asentamiento de sus vecinos (al hablar del castillo se han comentado otras versiones de este mismo suceso)
La casa de los Cerdán mantuvo el señorío sobre Torres de Berrellén hasta el siglo XVIII, cuando es heredada por la de Gurrea-Villahermosa, que mantuvo el señorío hasta 1812 en que las Cortes de Cádiz suprimieron el Señorío y la Baronía de Torres de Berrellén junto con todos los señoríos jurisdiccionales españoles; siendo los primeros señoríos los de la Baronía de los Luna y acabándose la misma con los Duques de Villahermosa. No obstante, a pesar de desaparecer la dependencia del señor del lugar, la propiedad de parte de las tierras estaba todavía en manos de los Villahermosa que en 1969 y por mediación del Instituto de Colonización, vendieron entre los agricultores del municipio sus propiedades.
Desde el punto de vista político-administrativo, Torres de Berrellén estuvo encuadrada en la Sobrecullida de Tarazona (11495), Vereda de Tarazona (1646), Corregimiento de Zaragoza (1711-1833). Es lugar de 1495 a 1785 y abarca otros núcleos como El Castellar y los caseríos de Santa Inés y Candespina. Cuenta con Ayuntamiento propio probablemente desde 1834 junto con el Coto de Pola y partido judicial de Zaragoza. (Pola era lugar en 1227, pues doña Toda de Albero hizo donación de su heredad al Hospital de Jerusalén)

Eclesiásticamente, las primeras referencias nos remontan a 1280 como perteneciente al Arciprestazgo de Zaragoza.
La iglesia parroquial dedicada a San Andrés, es según algunas fuentes de estilo gótico-renacentista, del siglo XVI, y según otras de finales del siglo XV, de estilo mudéjar (la cubierta mudéjar estaría tapada por la actual bóveda de crucería hecha en 1740)
El primer núcleo del municipio tenía una "iglesia" dedicada a San Andrés, que es la actual capilla del Santo Cristo de la iglesia parroquial. Cuando en 1466 hubo el enfrentamiento con la ciudad de Zaragoza, la villa del Castellar fue deshabitándose y gran parte de la población baja al llano, a Torres de Berrellén. Se repartió tierra a 45 quiñoneros, dándoles cinco cahices de tierra, pajar, casa y era a cada uno. Construyeron la nave central de la iglesia. En 1573 aparece ya por escrito el Municipio y Parroquia de Torres. Acuerdan mantener como titular a San Andrés, Patrón de los Torresinos, y a la Virgen del Castellar de arriba convertirla en Patrona del nuevo pueblo, la festividad de los titulares del resto de las Iglesias de la Villa del Castellar se seguirán celebrando, pero sólo con un día de fiesta cada uno, (San Miguel, San Pedro, y Santa María Magdalena)
Toda la organización eclesiástica pasa de la villa del Castellar a Torres, así en 1574, Torres ya es parroquia con su Rector, clérigos, su archivo parroquial, sus cofradías, su hospital, etc.
En 1653, el Papa Inocencio X une la Rectoría de Torres y la Vicaria del El Castellar, con sus beneficios, raciones, tierras de Nuestra Sra. del Castellar y demás piezas eclesiásticas y sus rentas del hospital. Lo que de hecho ya tenía Torres, es confirmado por la autoridad pontificia, adquiriendo, con ello, pleno y absoluto derecho. En 1742 y 1747 se añadieron las demás capillas de la parroquia, estando como párroco Mosén Pedro José de Echevarría Errazun, natural de Tafalla, que mejoro y fortaleció la parroquia y sus propiedades.


Fuentes para la información sobre historia y descripción del Municipio de Torres de Berrellén: Archivos Parroquiales sobre una entrevista realizada en abril de 1992 al entonces párroco de Torres de Berrellén, Mosén Andrés Carreras, por el Aula de Adultos de la localidad; Libro "Juan Pablo Bonet, Su tierra y su gente, de Ramón Ferrerons y Antonio Gascón, diputación de Zaragoza; Folleto informativo de la Presentación de la Bandera Municipal, año 2001; Revista Castillos de Aragón, mayo 1999.

Economía Histórica

Del Castellar al Este se extiende "el monte del Castellar que por la bondad de sus pastos es muy estimado de los ganaderos de Zaragoza; pues a pesar de su aridez está bien vestido de hierbas aromáticas, con las cuales crecen la Gypsophyla Strutium Globularia Alypum, dos variedades de la Onoris Tridentata, la Ontina (especie nueva de Artemisa), varias Salsolas.. la Plantago Albicans que el ganado apetece sobremanera. Las colinas del Castellar confrontantes con el Ebro, en que domina el yeso, encierran en sus entrañas mucha abundancia de sal mineral y son parte de las dilatadas minas, que se prolongan desde Valtierra en Navarra, siguiendo la canal del Ebro hasta Gállego y algo más" (Asso, pág 53).
Los privilegios concedidos a los ganaderos en la Carta puebla de Zaragoza de Alfonso I, fueron ampliados por Jaime I en 1218 y en 1235; y aún serían más agraciados por Juan I en 1391. De todo esto nació la poderosa Mesta. Los pastos apetecidos de El Castellar se los dividen los ganaderos de Zaragoza en suertes, a tenor del privilegio de pacer libremente en todo pasto del reino que les concedió Alfonso I. De tal forma lo interpretaron que si sus ganados recibían mal trato en cualquier parte, su Tribunal de los Veinte hacían justicia por si mismos contra los delincuentes- como hicieron muchas veces, que aplicaron también a casos distintos del ganado (Asso, pág 70). Esto causó perjuicios den el Reino y atropellos como el del Castellar en 1466 (Memorial del Arzobispo Pedro González de Mendoza contra dicho Privilegio de los Veinte, cuyos desmanes y excesos recopiló en una Representación dirigida al Rey)
Ya hemos dicho al hablar sobre el Castillo la importancia de la recogida de leña en su economía
Las salinas estaban en explotación en 1584 bajo la administración de Juan de la Puebla. Las salinas eran rentables a la Corona. Las del Castellar y Remolinos siempre fueron del Rey, "con el derecho anexo de proveer privativamente a Zaragoza y otros pueblos, como puede verse explicado en el Discurso del oficio del Bailes de Ximénez de Aragués" (Asso, 297)

Historia del municipio de Used

En la web oficial del municipio de Used, encontramos una amplia información sobre su historia además de otras noticias de interes a las que podemos acceder a través del siguiente enlace:

http://www.used.es/


Historia

Foto de Used

USED, TIERRA DE FRONTERAS

Situada en la comarca Campo de Daroca, la localidad de Used encierra un riquísimo pasado marcado por su posición geográfica estratétiga.

Ultimo lugar de Aragón según el Camino Real, que discurria entre Madrid y Barcelona hasta bien entrado el siglo XIX, Used vio pasar por sus calles a reyes y a viajeros románticos que paraban en sus posadas antes de proseguir el viaje hacia tierras castellanas o aragonesas.

Gracias a este tránsito continuo, la localidad vivió su esplendor en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, para ir perdiendo progresivamente población con la llegada del siglo XX.

Muestra de este desarrollo son las numerosas casas solariegas que encierra en su casco urbano, como relata el cronista de Carlos II en 1677:

“El lugar de Used, bien digno es de merecer mejor nombre que el de Aldea, por su numerosa población, buena calidad de edificios y moradores(…) que se compitieron con las mejores villas en todo linaje de prevenciones para con el Rey(…) Used es el primer lugar de la comunidad de Daroca(…) : una Arcadia llena de cuanto la naturaleza más benigna puede producir”

Dibujo

Además, al riqueza asociada al camino propició el aumento de las festividades locales, que convirtieron a Used en los que es hoy, un pueblo acogedor y festivo.

USED, NATURALMENTE

Laguna

Además, de un importante patrimonio artistico, en el termino municipal podemos encontrar parajes naturales de gran valor ecológico.

El más importante de ellos, es sin duda, la Laguna de Zaida, una laguna endorreica que, junto con la cercana Laguna de Gallocanta, sirve de cobijo a miles de grullas en los meses de Noviembre y Febrero.

Esta Laguna se regula mediante una presa artificial( La Parada) Así la Laguna(dividida en pequeñas parcelas se arrienda a los matrimonios con más años de casados) se cultiva un año y al recoger la cosecha se vuelven a abrir las compuertas de la presa para recoger el agua ( esta operación se realiza el 15 de agosto a las 10 de la mañana) , si se llena se espera de nuevo hasta que no haya agua para volver a sembrar.

El año que no se abren las compuertas el agua baja hacia la Laguna de Gallocanta.

Cerca de la Laguna podemos encontrar las “Cuevas de Zaida” que pueden recorrerse parcialmente y las ruinas de la ermita de Santiago.

CuevasEn este paraje se encontraban antiguamente las canteras de piedra caliza, que se explotaron para la construcción de la Iglesia Parroquial, La Fuente Vieja, el Palacio de la Obra, y la Iglesia Colegial de Daroca.

Tambien existen otras lagunas y lagunillas mas pequeñas que sirven de refugio a numerosas aves acuáticas durante todo el año.

Otro atractivo para los amantes de la naturaleza y de las aves sería el poder contemplar durante la primavera a las huidizas avutardas , corriendo, por algunos parajes de Used.

Un aliciente más para darse un paseo por los alrededores de Used, sería subir a La Atalaya desde donde se puede contemplar a la izquierda la Laguna de Gallocanta y a la derecha la Laguna de Zaida, cuando está con agua, ademas de visitar los restos del antiguo Molino de Viento con el que contaba Used, uno de los pocos que existian en nuestra Comunidad.

USED, PUEBLO FESTIVO

Romería

A lo largo del año se celebran en Used gran cantidad de fiestas, tanto de ámbito religioso como de carácter cultural.

Las patronales se celebran en honor a San Vicente Martir, el 22 de Enero y a Nuestra Señora de la Olmeda, que se lleva al municipio el primer domingo de mayo y se devuelve a su ermita , en romeria el segundo domingo , acompañándola durante todo el recorrido con un dance típico; El Villano de la Olmeda.

Además, se celebran las fiestas de la recolección que empiezan el penúltimo jueves de agosto, donde todos los usedanos y usedanas que viven fueran vuelven para reencontrarse con familiares y amigos, por lo que son unas fiestas de gran participación.

No podemos olvidar que Used es un pueblo, casi exclusivamente, agrícola por lo que San Isidro tambien tiene su fiesta el 15 de Mayo. Sin dejar tampoco de celebrar los Carnavales, que se han recuperado hace unos años, la fiesta tradicional de Septiembre o fiesta de los Barrios en la que se realizan y se tratan de recuperar aquellas labores tradicionales que se realizaban en el campo, con el ganado, en las labores domesticas, etc, y que culmina con una cena popular.

El Juego de Bolos

"JuegoUsed es conocido a nivel internacional gracias al juegos de Los Bolos. Se trata de un juego practicado en su origen solo por mujeres con unas implicaciones sociales muy importantes, pues era el único ámbito lúdico en el que ellas tenían su propio espacio.

Este juego se ha mantenido a lo largo del tiempo gracias a la transmisión de madres a hijas, y hoy en día vive uno de sus mejores momentos, gracias a la puesta en valor que de él están realizando desde distintos ámbitos.

El juego de Los Bolos estuvo presente en la Olimpiada Cultural de Barcelona 1992 y participó representando a España junto con otros municipios , en el Festival de Juegos Tradicionales de Verona , Septiembre 2005

Historia del municipio de Velilla de Ebro

En la web oficial del ayuntamiento de Velilla de Ebro, encontramos una reseña de su historia, además de otros datos de interés a los que podemos acceder a través del siguiente enlace:

http://www.velilladeebro.es



Historia

Los primeros datos históricos de Velilla de Ebro los proporciona Ptolomeo cuando sitúa a Celse, que así se llamaba la antigua ciudad íbera, en el núcleo más al sur y en la parte izquierda del Ebro, de la región de los llergetes, cuya capital más conocida fue llerda, la actual Lérida.
Fue éste el centro principal de resistencia antirromana desde finales del siglo III antes de Cristo.
Las primeras emisiones monetarias de Celse datan del siglo II a. de C., y su cantidad, así como su difusión, nos dan una idea de la pujanza económica de esta ciudad ibérica, ya que el marco en el que se movió esta moneda alcanza zonas tales como los Pirineos, Navarra y la costa de Levante.
De todo el conjunto de emisiones monetarias que se han hallado en las excavaciones arqueológicas que el profesor Don Miguel Beltrán ha dirigido en Velilla de Ebro, destacan por su curiosidad las denominadas "bilingües", que se caracterizan por llevar un doble letrero en signos ibéricos y en latín. Esto da pie a pensar que se acuñaron en un periodo que va desde el final de la antigua Celse hasta la fundación definitiva de la nueva colonia por Roma. La segunda fase de la historia de esta ciudad comienza cuando esta zona es invadida por el Imperio Romano.

Sobre el sitio que ocupó la antigua ciudad ibérica, se levantó lo que sería la primera colonia romana en la valle medio del río Ebro. Aunque César ya tenía planes sobre esta asentamiento, su muerte le impidió llevar a cabo su proyecto, y fue Lépido quien en el año 44 a. de C. fundó esta colonia, cuyo primer nombre, según consta en las monedas fue el de Colonia Victrix Lulia Lépida. Cuando lépido cae en desgracia en el año 36 a. de C., y según nos vuelven a mostrar las monedas, pasa a llamarse Colonia Victrix lulia Celsa, recuperando su antiguo nombre íbero.
A finales del emperador Claudio o en los principios de Nerón, sobre los años 52-55 de nuestra era, esta ciudad es abandonada definitivamente ante el auge de la nueva colonia Caesaraugusta, Zaragoza.
Todos estos datos históricos, así como la forma de vida que tenían los habitantes de esta ciudad desde su nacimiento hasta su muerte, se pueden testimoniar en un museo monográfico que se construyó cerca del yacimiento arqueológico en 1.997.

Pero la vida apenas si se interrumpió en esta zona, ya que algún núcleo de población se debió de instalar en el sitio que actualmente ocupa Velilla de Ebro.
Algunos cronistas señalan la existencia de catacumbas donde se escondieron los primeros cristianos ante las persecuciones romanas, y esto lo demuestra el hecho de que se han encontrado restos de arquitectura paleocristiana.
Esos mismos cronistas también la sitúan en tiempos de los godos, al contar la leyenda de nuestra famosa campana del milagro.
Desde el siglo VIII hasta el 1.141 estuvo dominada por los árabes. En este año fue reconquistada por Ramón Berenguer IV junto con Pina..
Auger es el nombre de un caballero franco que había prestado mucha ayuda en la conquista de este territorio, y fue el primer tenente que se conoce.
Otros muchos personajes disfrutaron de esta tenencia, ya que el propietario seguía siendo el rey, hasta que a mitad del siglo XIV fue vendida a Lope de Luna. En esta familia permaneció hasta que en 1.430, Alfonso V la confiscó junto con todos sus bienes al Conde de Luna como castigo a su rebelión.
En 1.431 se constituye la baronía de Quinto junto con Gelsa y Velilla. Poco después fue vendida a Juan de Funes, hasta que Juan II de Aragón dio el lugar a Juan de Villalpando, su consejero y mayordomo. Finalmente fue incorporada al marquesado de Osera.

Historia del municipio de Villamayor

En la Web oficial del Ayuntamiento de Villamayor encontramos una breve reseña de su historia además de otros datos de interes a los que podemos acceder a través del siguiente enlace:

http://www.aytovillamayorzgz.es/



Foto CuadroSobre una base de población yemení, en el siglo XII, con motivo de la Reconquista, se asentaron en la zona de Mamblas grupos de colonos, quienes, junto a los moriscos y mudéjares de la zona, construyeron las acequias que riegan la huerta. En 1364 aparece Villamayor como barrio de Zaragoza, por causas económicas, puesto que de esta manera se pagaban los impuestos por casa u hogares, y no por cabezas, como lo hacían los términos independientes.

En 1383 se reguló la toma de agua sobrante de la acequia de Candeclaus, en el Partidero del Cuchillo, y en 1398 se fundó la Cofradía de Nuestra Señora del Pueyo, siendo su primer cofrade el rey D. Martín. En el siglo XV seguía siendo barrio; pero ya en el XVII parece ser que se independizó de la capital. En el XVIII se hizo notar la influencia de la nobleza en la vida de Villamayor. A destacar el caso de doña Prudenciana Portocarrero y Funes de Villalpando, Duquesa de Híjar.

Del siglo XIX, reseñar dos hechos: la constitución de la comunidad de regantes y su sindicato. En 1911 se anexionó a Zaragoza nuevamente, también por razones económicas, ya que era muy profunda la crisis agrícola y no se podían soportar los gastos municipales. La segunda República significó una época de esplendor para el barrio: construcción de escuelas, racionalización de los cultivos, etc., que fue trágicamente cortada por la Guerra Civil.

En 2006 Villamayor culminó un nuevo proceso de segregación iniciado desde parte del movimiento vecinal dos décadas antes y en la actualidad ha iniciado los trámites para una nueva agregación a Zaragoza.


Historia de Villarroya de la Sierra

En la web oficial del Ayuntamiento de Villarroya de la Sierra encontramos amplia información sobre su historia a la que podemos acceder a través del siguiente enlace:


http://www.villarroyadelasierra.es/



Historia


VILLARROYA, la villa roya o rojiza por el color dominante del terreno, al pie de la Sierra de la Virgen dentro del sistema Ibérico, es una población aragonesa perteneciente a la antigua Comunidad y actual Comarca de Calatayud, al Oeste de la provincia de Zaragoza, distando 90 km. de la capital.
Cuenta en la actualidad con unos 750 habitantes, distribuyéndose el caserío en suave declive orientado al Sur hacia el río Ribota, quedando atravesada en su parte baja por la Carretera Nacional 234.
El término municipal ofrece la rica variedad de contrastes propios del clima mediterráneo-continental, de fríos inviernos con abundantes días soleados, y veranos calurosos de noches frescas y estrelladas, yendo su paisaje desde la frondosa vega del Ribota hasta los poblados pinares y carrascales de la Sierra de la Virgen, con altitudes que oscilan entre los 700 m y 1420 m, encontrándose la mayoría de la tierra de cultivo en producción.
Pero esta imagen dista de la de tiempos remotos en los que cabría imaginar un terreno totalmente cubierto de espesa vegetación, con aprovechamiento, si cabe, de las mejores tierras de cultivo junto a las riberas de ríos y hondonadas en las que se dejarían oír los rebaños de los antiguos pobladores.

Sin que se haya realizado una prospección sistemática arqueológico-histórica para el término municipal, los vestigios más antiguos corresponden a época celtíbera, los celtas asentados en tierras de Iberia o sistema Ibérico, encuadrándose dentro de la tribu de los Lusones con capital en la Bílbilis prerromana, más pacíficos que sus vecinos Belos de Ségeda (Belmonte-Mara) y Arévacos Numantinos, arrasadas estas dos por los ejércitos romanos en el siglo II a. de C.

Castillo de Villarroya

La comunicación más directa entre estas antiguas ciudades lo es siguiendo el valle del río Ribota, de discurso topográficamente cómodo, y con restos arqueológicos, aunque de época romana, que lo atestiguan como el puente-acueducto de la vecina Cervera de la Cañada, o la villa y alfar (activo en época Imperial, entre los siglos I-III d. de C.) en la propia Villarroya de la Sierra, entre otros.
Con esto, cabe pensar que la zona estuvo poblada desde muy antiguo, sujeta a los sucesivos avatares históricos, en período de declive y por tanto menos conocido, a partir del siglo III hasta la invasión musulmana del S. VIII.

Historia de La Zaida

En la web oficial del ayuntamiento de la Zaida encontramos una importante información sobre su historia, podemos acceder a través del siguiente enlace


http://www.lazaida.es/

Historia


Se cree que La Zaida fue fundada en el siglo VI antes de Cristo por los hallazgos de cerámica ibérica campanéense encontrados a muy poca profundidad.
A primera vista puede parecer que el nombre de La Zaida es de origen árabe pero los filósofos aseguran que viene de la raíz ibero-vasco"zai" que significa punto de vigía o castillo, por extensión,
torre o castillo.
El asiento actual no se corresponde al de La Zaida ibero romana, el actual es manifiesto abolengo árabe en la llanura a un kilómetro del río Ebro.
En la reconquista cristina por el año 1.133, como consecuencia de la incursión victoriosa de Alfonso XIII el batallador La Zaida fue reconquistada dando el rey seguridades mediante leyes que garantizaban la libertad religiosa y su normal vida económica como propietarios o aparceros agrícolas. Estas garantías aseguraron la pacifica convivencia hasta 1.610 cuando el marques de Aytona ordena censar al pueblo y expulsa a toda la población sarracena. Con la expulsión de 305 individuos moriscos la población se reduce a 40 vecinos entre nuevos conversos y cristianos viejos.
Los primeros señores temporales de la Zaida son los castellot, por donación del rey Pedro II de Aragón. El privilegio original de la creación del señorío zaidinense fue entregado para que lo guardara el obispo Fray Vicente de Zaragoza, que regio a Fray Vicente el sucesor de don Gastón en el Señorío, don Lope Ximeno de Castellot. Queriendo el obispo que la custodia fuera más segura, lo mando depositar en el archivo de la catedral de Nuestra Señora del Pilar. Su prior lo da como existente entre la documentación de dicho templo en el año 1.242, al extender el componente recibo con fecha 8 de febrero del año referido. Recibirían los Castellot, con la donación de la Zaida el pueblo Amochuel, hoy ya desaparecido, reteniéndolo en su poder hasta el año 1.242, que fue vendido por don Artal de Castellot a Fray Vicente. De Don Lope Ximeno de Castellot,señor de la Zaida encontramos constancia en el archivo de la Mitra casaraugusta. Es el Instrumento de venta de la finca llamada "Cardadal", sita en los términos de Albacete. Mediante notario la otorga Miguel martín, compareciendo la esposa del señor de la Zaida, doña Arcorca. Se firma en la era de 1.281 el día de la festividad de San Vicente, correspondiente al año de Cristo de 1.243.
Los Castellot eran pariente próximos de los "Petruccio", conocida como una de las familias más poderosas de Aragón medieval. Los sucesores de los Castellos serían los Cerdán al revertir los bienes de éstos a la corona y por haber adquirido el dominio directo y el útil del Castillo y Villa de la Zaida, por venta a Don Domingo Cerdán, o Ximénez Cerdán, sabemos que domingo era un hombre de leyes y no de guerra, con él comienza la serie continuada de los señores de la Zaida, que terminará con su descendiente en decimosexto grado directo don José Antonio de Aragón Azlor, duque de Villahermosa.

Historia de Zuera

En la web oficial del ayuntamiento de Zuera, encontramos amplia información sobre su historia además de otros datos a los que podemos acceder a través del siguiente enlace:

http://www.ayunzuera.com/

Historia

El municipio de Zuera consta en la actualidad de varios núcleos urbanos: Zuera, la Entidad Local de Ontinar del Salz, el Barrio del Portazgo (también conocido como Barrio de la Estación) y las urbanizaciones de Zuera Sur, Las Lomas del Gállego y Las Galias.

Según algunas tesis históricas, el municipio tuvo algún tipo de asentamiento, difícil de precisar, antes de la colonización romana; se integraría dentro del territorio de los ilergetes y podría haber estado poblado por vascitanos. Era una región fronteriza con el territorio dominado por los vascones, que se extendían a lo largo de una franja de norte a sur que iba desde el Pirineo hasta el Ebro y estaba limitada a ambos lados por el territorio de Iruña (actual Pamplona) y la cuenca del Arba, y por otro por la cuenca del Gállego, amparada por bosques espesos, de los que solo quedan los que se conocen por Montes de Zuera.

Esta proximidad al territorio vascón, y la penetración que estos pudieran llevar a cabo en el territorio de los ilergetes, ha llevado a algunos autores a decir que el nombre de Zuera tiene una base etimológica vasca en el término "zubi", que en Euskera significa puente.

Las primeras noticias fiables acerca de los pobladores del término proceden de la época de la romanización. Casi todos los investigadores sitúan en las cercanías del actual casco urbano la antigua Gallicum, "mansio" (mencionada en el "Itinerarium Antoninianum") en la calzada romana que discurría desde Cesaraugusta hasta el Bearn, pasando por Osca y remontando el Puerto del Palo (Aragón Subordán). La denominación de Gallicum, para el asentamiento romano del lugar, podría venir determinada por el cauce del río Gállego, considerado paso obligado desde las Galias a la Hispania Citerior. Estas mansiones eran puntos intermedios en los que el Estado romano disponía de lugares de descanso y relevo de animales o postas.

Aun cuando el paso más cómodo del río Gállego se realiza por el término de Zuera, el lugar no es fácilmente defendible, por lo que dificulta el establecimiento de asentamientos estables. Todo parece indicar que hasta que se creó una estabilidad política en el norte de la Península Ibérica, los asentamientos en el municipio de Zuera debieron corresponder a pequeñas posadas y destacamentos militares, de escasa importancia y poco estables, que se encargaban de defender el paso del Gállego.

La estabilidad política llegó con la dominación musulmana, a partir del siglo VIII. Los pobladores del norte de África debieron quedar fascinados por el valle del Gállego, los excelentes terrenos de las terrazas cuaternarias y los espesos bosques que rodeaban al valle, en donde se asentaron aprovechando los esquemas de expansión territorial creada por los romanos. De esta época datan las primeras noticias y los auténticos orígenes de Zuera, de la antigua Zufaria, topónimo árabe que, según Asín y Palacios significa "bonita". Dentro del actual término municipal es posible que los musulmanes fundaran también el asentamiento de Salzey (llamado así por la gran cantidad de saliceras que había en el entorno) situado en las proximidades de la actual ermita del Salz.

Alfonso I el BatalladorEn 1106 el rey de Aragón y Navarra, Alfonso Sánchez, conocido como Alfonso I El Batallador, se detuvo en Ejea y Tauste en sus intentos de conquistar la ciudad de Zaragoza. Plantó sus reales en el Ebro y se asentó en el Castellar, en espera de mejores ocasiones de conquista. Con la ayuda de los Gascones, Gastón de Bearn y Céntulo de Bigorre, decidió en 1118 un cambio en su estrategia militar y procedió a conquistar Zaragoza, atacando por el flanco oriental. Tal planteamiento dio resultado y tras conquistar toda la cuenca del Gállego, y con ella Zuera, procedió a la de Zaragoza. Fueron los gascones quienes introdujeron en Zuera el culto a San Licer, evangelizador del Bearn y patrón de la villa, aunque la tradición dice que este acontecimiento se produjo en 1212.

A pesar de las conquistas de los reyes cristianos, el elemento campesino musulmán, gran conocedor de los sistemas de riego y pilar fundamental de la economía de las zonas conquistadas, permaneció al frente de sus tierras.

Ramón Berenguer IV, en su carta de Colonización, señala el término de la ciudad de Zuera, a la que llama "Çofera". En torno al siglo XII se introduce el culto a la Virgen del Salz, que según las crónicas se apareció a un caballero de una de alguna de las órdenes militares de la época.

La villa perteneció, entre otros, a D. Artal de Luna, que castigó cruelmente a los vecinos porque los zufarienses habían llegado hasta Erla y cometido atrocidades con los que allí vivían. Los vecinos de Zuera le acusaron al Justicia de Aragón y este le impuso una sanción.

Tras el episodio de Artal de Luna, la Villa y sus aldeas (Leciñena y San Mateo) volvieron a la Corona. Así en 1338 el Zalmedina (cargo público de la época) y jurados de Zuera, reunidos en el cementerio (que rodeaba a la iglesia), nombraban a sus procuradores generales para todos los pleitos que el Concejo hubiera de sostener con terceros, recayendo el nombramiento en Guillén de Salz, García de Araniellya, Domingo de Araniellya y Juan de Tolosa.

En 1366, el rey Pedro IV, obligado por los gastos de la guerra contra Pedro I de Castilla (gastos que le hicieron vender también otras villas y lugares como el Castellar, Fuentes, Luna .), vendió la villa de Zuera y sus aldeas al Concejo de Zaragoza, con todas sus posesiones, tributos y derechos, en 170.000 sueldos jaqueses. Alfonso V, por la misma causa, vendió a Zaragoza, en 1432, el "Ius luendi" o derecho de redención y carta de gracia de Zuera, por 8.000 florines. Con todo ello, Zaragoza quedó dueña absoluta de la Villa y baronía, recibiendo el vasallaje de la Villa de Zuera y sus aldeas, que en aquellos días percibía uno de los cinco peajes que pagaban las mercancías que se transportaban por la ruta de Zaragoza a Francia.

Muy a su disgusto, la Villa de Zuera y sus aldeas pertenecieron a Zaragoza hasta 1617 e incluso con posterioridad mantienen algún tipo de relación.

Durante los siglos XV, XVI y XVII, la población del municipio estaba totalmente asentada. En el censo de población de 1459, Zuera cuenta con 152 fuegos. Durante el siglo XVI la población de Zuera continua creciendo. En el censo demográfico de 1610 cuenta con 250 fuegos.

Jordán de Asso señala que a finales del siglo XVIII, Zuera contaba a las márgenes del Gállego con una "dilatada vega de 3.000 cahizadas regables, y otras 1.000 en el monte. Este es mui dilatado, y vestido de romerales, de que se alimentan muchos abejares, que producen la miel más estimada de Aragón. La cosecha de cera se regula en 125 arrobas, a que corresponden en año bueno 500 de miel". Estas actividades económicas agrícolas y las comerciales, motivadas por el tránsito constante de mercancías en la dirección Norte-Sur y procedentes de Cinco Villas, permitían un asentamiento fácil en la zona.

Jordán de Asso cuantifica la producción agraria zufariense, poco antes de 1800, de esta manera: 3.250 cahíces de trigo, 2.000 de cebada, 500 de maíz, 200 de alubia y 95 alqueces de vino (un cahíz estaba en torno a los 180 litros. El alquez, sobre los 190).

Pascual Madoz, entre 1846 y 1850, recoge de Zuera que "tiene 280 casas distribuidas en 5 calles anchas y rectas; casa de ayuntamiento, en la que también está la cárcel; escuela de primeras letras, dotada con 2.800 reales, a la que concurren 40 discípulos". "Dentro de la Villa y en calle llamada de Navas hubo un hospicio de religiosos franciscanos." "En su término hay un edificio que fue convento, llamado de los Santos, donde antes de la exclaustración de los religiosos en 1835 existía una comunidad de la orden de Agustinos Descalzos". "En la partida denominada Bacarizal hay una ermita o santuario llamado del Salz, de la propiedad de la misma Villa y sostenido por sus vecinos". " En su extenso radio comprende varias torres o granjas, denominadas de Morterón, de Vallés, de la Camarera y de Rabal y un magnífico y antiquísimo edificio llamado la Cruz Cubierta, por hallarse sobre un pilón o columna de arena sólida de 16 palmos de alto, cubierta con una bóveda que forman 6 columnas y otros tantos arcos con buenas labores". "Población: 284 vecinos, 1.350 almas".

La ubicación geográfica de Zuera, su proximidad a la ciudad de Zaragoza y lo dilatado del término municipal han condicionado el desarrollo histórico de la Villa desde sus inicios hasta hoy. Los asentamientos urbanos del municipio de Zuera están ubicados justo en la ribera del Gállego, siguiendo un eje longitudinal por el que circulan (continuando los esquemas de transporte y comunicación establecidos por los romanos) la A-23, el ferrocarril Madrid - Barcelona y Zaragoza - Francia, y las líneas eléctricas de alta tensión.

El tránsito ha sido la constante histórica del municipio. En 1900 contaba con 2.597 habitantes. En la actualidad la población asciende a 8.500 personas.

Historia de Vinaceite

En la Web oficial de la Comarca del Bajo Martin encontramos una reseña de su historia, demás de otros interesantes datos a los que podemos acceder desde el siguiente enlace:

http://www.comarcabajomartin.es

Historia

Poblado ibero del Cabezo de Alcalá, en Azaila.El fértil cauce del río Martín da origen a la población humana de una comarca cuyos pueblos han conocido y conservan vestigios del paso de muchos siglos de historia y de numerosas culturas y sociedades: pobladores prehistóricos, íberos, romanos, musulmanes, judíos y cristianos han dejado su huella en el Bajo Martín.

Como testimonio de esos primeros pobladores de la comarca quedan las pinturas rupestres en los abrigos de Los Chaparros y Los Estrechos (6.000 a J.C.), valiosas muestras del arte rupestre levantino, reconocido como Patrimonio de la Humanidad e incluidos en el conjunto del Parque Cultural del Río Martín.

La época ibérica es sin duda de gran esplendor en la comarca. Enmarcadas en la zona dominada por los sedetanos del Ebro, todas las poblaciones del Bajo Martín tienen sus pequeños yacimientos. Destacan por encima de todos ellos el poblado de La Bovina, en Vinaceite y el del Cabezo de Alcalá, junto a la población de Azaila, uno de los yacimientos de la antigüedad mejor conservados y más estudiados de España. El mundo romano dejó en la comarca 'masio' rurales, como la encontrada en la Loma del Regadío, en Urrea de Gaén. El Museo de Teruel conserva el mosaico de La Quimera aquí extraído.

La toponimia de la mayor parte de las poblaciones y partidas de la actual comarca es de origen islámico, así como los sistemas de riego, herencia romana que los musulmanes supieron conservar y mejorar. Pero si el Bajo Martín en su conjunto es heredero directo de la época musulmana, es en la conquista cristiana y en su posterior organización territorial donde reside su actual disposición. Entre los años 1148 y 1149 toda la zona quedaba en manos del reino de Aragón merced a las conquistas la cofradía militar de Belchite. El territorio se repartió en varios señoríos laicos y religiosos. Samper de Calanda, junto a las poblaciones de Jatiel y Castelnou quedaron al mando de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. Albalate, con las villas de Andorra y Almochuel, fueron donadas por Ramón Berenguer IV al obispo de Zaragoza Bernardo II en el año 1149. Por último, el rey Jaime I creó el señorío de Híjar, que incluía el resto de poblaciones de la comarca.

El Bajo Martín fue, como gran parte de España, una amalgama de culturas y tradiciones que coexistieron, con sus propias formas de vida y sus propias reglamentaciones, hasta las consabidas expulsiones. Todas las poblaciones contaban con aljamas musulmanas, que en localidades como Urrea, Vinaceite, La Puebla o Jatiel constituían el grueso de la población. Más escasa, la comunidad judía, residía principalmente en Híjar, en el actual barrio de San Antón, donde se conserva una sinagoga medieval del siglo XV.

Sinagoga judía de Híjar.La expulsión de los moriscos provocó una profunda catástrofe demográfica y económica en toda la zona que se sumó a la crisis general que el siglo XVII trajo a España. El siglo sí sirvió para marcar la evolución de los concejos y administraciones que hicieron que los ayuntamientos fueran alcanzando mayor poder. El 4 de julio de 1688, Jaime de Híjar concede a La Puebla de Híjar y a Urrea de Gaén la independencia respecto al gobernador de Híjar, con lo que comienza una organización más moderna y autónoma de las propiedades ducales. De forma similar, el resto de poblaciones fueron asumiendo mayor nivel de competencias a lo largo de estos siglos.

Durante el siglo XVIII, el siglo de las Luces, el Bajo Martín como el resto de la zona, vio como la agricultura, en especial la del olivo, se desarrollaba hasta alcanzar un nivel de calidad y producción importante. Otros productos, como las hortalizas, cereales y el impulso de una protoindustria del sector textil, que incluía la elaboración de seda, generaron las situaciones propicias para el desarrollo cultural y artístico de estas tierras.

A finales del siglo XIX la desamortización de Mendizábal dejó numerosos conventos desacralizados y en ruinas, como el de Híjar. Los terrenos antes comunales o religiosos pasaron, por extrañas tretas legales, a ser propiedad de nuevas familias que instauraron una época de cacicazgos que llegaría hasta tiempos recientes, haciendo un uso feudal de la mano de obra.

Ya en pleno siglo XX el ferrocarril y el regadío, posible gracias a los pantanos de Escuriza (1893) y de la Cueva Foradada (1920), terminaron de configurar las posibilidades económicas y de desarrollo de la comarca a lo largo del siglo. La azucarera de La Puebla de Híjar, vinculada a la nueva vía férrea, cambió formas de pensar y abrió puertas a nuevos sistemas de trabajo y desarrollo. Asimismo las explotaciones mineras de las vecinas comarcas de Andorra y Cuencas Mineras supusieron una importante fuente de empleo y recursos en una comarca tradicionalmente agraria y ganadera. En los últimos años y a pesar del progresivo cierre de las minas, el sector industrial, cada vez más diversificado merced a los polígonos industriales de Albalate y La Venta del Barro, y el de servicios, han desplazado a la agricultura, tradicional fuente de riqueza de la comarca.

El último paso en el devenir histórico del territorio es la constitución de la comarca del Bajo Martín. A pesar de la fuerte vinculación de la zona con el Bajo Aragón turolense y su capital, Alcañiz, los nueve municipios escogieron constituirse como comarca independiente con el ánimo de dar mejor respuesta a una problemática propia, relacionada con su ubicación en la cuenca del Martín. Por razones de centralidad geográfica la capitalidad de la comarca ha recaido en Híjar, a pesar de contar con menos habitantes que Albalate.

Historia de Azaila

En la web oficial del ayuntamiento de Azaila, encontramos una reseña de su historia, además de otros datos de interes a los que se puede acceder a través del siguiente enlace:

http://www.azaila.es/


Historia


La Villa de Azaila, se encuentra en la margen derecha del río Aguasvivas y dentro de la Comarca del Bajo Martín.

Su topónimo es de origen árabe, con el significado de “la plana”, en los textos medievales se la citaba como Zaylla.

Los primeros asentamientos se localizan en el poblado del Cabezo de Alcalá, junto al río Aguasvivas y en dirección a Vinaceite, objeto de diversas excavaciones arqueológicas, proporcionando la estratigrafía tres ocupaciones sucesivas del poblado. Una primera de origen centroeuropeo (s. VII a.C.hasta 218 a.C.), una posterior que corresponde con la iberizacióny posterior romanización que se extiende del 218 a.C. al 72 a.C. y una última ocupación sobre los restos anteriores. Su destrucción se data hacia los años 76-72 a.C. durante las guerras sertorianas, aunque otros estudios lo retrasan hasta el año 49 a. C. tras la batalla de Ilerda.

Recientemente se han encontrado en las cercanías de la localidad una necrópolis medieval cristiana cercana a los restos de una pequeña fortaleza medieval y que ha sido datado entre los siglos XIII al XVI.

Excepto el topónimo, que es una referencia a la llanura que se extiende al sureste, se tienen muy pocos datos del asentamiento musulmán.
Tras la ocupación aragonesa la propiedad de la tierra fue de señorío desde finales del siglo XII, cuando el rey Pedro II dio en el año 1196 Azaila a Gastón de Castellote que junto con su familia seguían manteniendo la propiedad sobre la localidad en el año 1283.

Se conocen las fijaciones de los términos correspondientes a Romana y Azaila, realizadas en los años 1215 y 1285 de las diversas que se hicieron a lo largo del siglo XIII. A finales del siglo XIV Azaila pertenecía a Gastón de Rueda y a comienzos del siglo XVII, en 1610, a Pedro de Lanuza.
Desde el punto de vista político-administrativo, Azaila estuvo encuadrada en la Sobrecullida de Zaragoza (1488-1495), Vereda de Zaragoza (1646) y Corregimiento de Alcañiz (1711-1833), viniendo recogida como lugar en 1495 y 1785, contando con ayuntamiento propio, probablemente, desde 1834. Perteneció al partido judicial de Híjar, para incorporarse en 1965 al partido judicial de Alcañiz. En la nueva ordenación Comarcal establecida por la Diputación General de Aragón, queda encuadrada en la Comarca del Bajo Martín.

Su parroquia está dedicada a Nuestra Señora del Rosario, según estudios de Pascual Madoz a mediados del siglo XIX y el profesor Antonio Ubieto originalmente estaba dedicada a San Pedro Mártir.
La construcción data del siglo XVII, de estilo barroco y se realiza bajo el mecenazgo de los duques de Híjar, cuyo escudo se encuentra encima de la puerta de la iglesia. La obra es de mampostería y ladrillo, de una nave cerrada con bóveda de medio cañón con lunetos y en la cabecera de la iglesia una torre de cinco cuerpos, después del verano de 1936 desapareción toda la decoración interior habiéndose recuperado recientemente.

En cuanto a la población se registran en 1489 20 fuegos que luego, en 1495, pasan a ser 12, todos ellos musulmanes. Tras la expulsión de los moriscos la localidad quedó casi vacía, al ser abandonadas 86 casas, que suponían 430 personas, que encuadradas en el tránsito 11, junto a las poblaciones vecinas de Cuarte y Rodén, se juntaros todos en Azaila para continuar unidos a Samper de Calanda, que distaba 3 leguas, pasando después a Caspe y Maella, último lugar de Aragón, continuando hasta el puerto de Los Alfaques, al sur de Tortosa, lugar de embarque a tierras del norte de África.

Desde la fogeación de 1645 hasta 1718 se mantuvo la población con 8 fuegos, y llegó a ser de 72 personas en 1776.

A mediados del siglo XIX, según Pascual Madoz, Azaila contaba con 100 casas, 116 vecinos y 467 almas, siendo la población estable permanente en torno a 400 vecinos, en 1970 hay 363 habitantes hasta el último tercio del siglo XX iniciando una pérdida continua de población hasta principios del siglo XXI en los que los vecinos censados rondan las 200 personas.

En la actualidad la actividad económica se centra todavía en el trabajo agrícola.