En la página web del Ayuntamiento de Teruel hemos encontrado gran información sobre su historia local a la que se puede acceder en el siguiente enlace: http://www.teruel.es/
Las primeras referencias de Teruel nos llevan a las crónicas musulmanas de la época califal (s. X), donde indicaban que era un castillo (Tirwal), un pequeño enclave en el camino de Córdoba - Zaragoza a través de Cuenca.
Dos siglos más tarde, sería una pequeña aldea, reconquistada en 1169 e incorporada a los términos municipales de Daroca..
En el verano de 1171, el rey Alfonso II, decidió fundar una villa en Teruel, atrayendo pobladores y colonos (mayoritariamente aragoneses y navarros) que se instalaron, hasta poblar un centenar de aldeas.
Así, Teruel se convirtió en la nueva capital de la frontera.
La anexión de Valencia a los dominios de la monarquía aragonesa (1238), abrió una etapa de florecimiento económico, con fuerte crecimiento demográfico y la consiguiente diversificación social. En 1347, Teruel, recibiría de Pedro IV (1336-1387), el título de ciudad, prometiendo la instauración de un obispado con sede en la misma.
La herencia del Medievo
La huella del pasado medieval en la Ciudad, forma parte viva de su realidad actual. Aparte del rico legado monumental, esta herencia se manifiesta en la configuración del Centro Histórico, que a pesar de las transformaciones responde a las pautas urbanísticas seguidas en el momento de su fundación.
Los desniveles topográficos y la ubicación de edificios relevantes hicieron del actual Casco Histórico, el centro neurálgico de la ciudad centrándose su población en él sin expandir a nuevos barrios. Por ello su rico patrimonio del urbanismo medieval.
El máximo exponente, lo constituye el conjunto de torres mudéjares: San Salvador, San Martín, San Pedro y torre de La Catedral.
Anales de Teruel Antiguo
Con este nombre, escribe el rey aragonés Alfonso II el libro escrito en pergamino y conservado en el Ayuntamiento: "andando buscando lugar acomodado para el edificio, que pretendían comenzar, llegaron donde ahora está la ciudad y hallaron un Toro grande, sobre el cual apareció una Estrella. Resolvieron fundarla allí, tomando por blasón de sus armas un Toro y una Estrella y por esto se llama ciudad del Toro, Toruel, y después Teruel..."
Por este relato antiguo y la literatura romántica de inicios del siglo XX, intentar imponer la teoría de Teruel: T-O-R (por Toro) y por la Estrella (vulgarmente conocida como Actuel) Así T-O-R- y U-E-L, forman el topónimo TORUEL.
Siglos XVII y XVIII
Durante el siglo XVII, Teruel participa del ocaso cultural, social y económico como el resto de Aragón, agudizado en el siglo XVIII tras la guerra de Sucesión (1700-1714). Desaparecen las Cortes Aragonesas, y se incrementa la trashumancia de los rebaños a Valencia y la Mancha.
La población llega en 1776 a los 1.015 fuegos, unos 4.600-4.700 habitantes, creciendo débilmente.
Se plantea la expansión de la ciudad. La demolición de la antigua Ciudadela, da paso al convento de Santo Domingo. Se urbaniza y renueva el trazado urbano del área Sur de la ciudad y se crea el amplio paseo de ronda, en la zona donde de instala actualmente el mercado semanal.
Es un período de preponderancia religiosa, con reformas en las iglesias: Salvador, Catedral, San Martín, San Andrés, San Pedro y San Miguel. También se erigen conventos; Las Carmelitas, Los Carmelitas y Los Jesuitas.
Ni la guerra de la Independencia, ni las guerras Carlistas, lograron someter a Teruel.
Desde 1833, Teruel es capital de provincia, en 1835 se construye el puente de la reina para expandir la población hacia Los Llanos de San Cristóbal.
En 1858 se alza el actual Torico de bronce, en su actual columna, en la Plaza Mayor o del Mercado. Se genera un denso ambiente cultural con la creación de la Escuela Normal, La Sociedad Turolense de Amigos del País, y la creación de numerosos periódicos: Heraldo de Teruel, El Ateneo, El Centinela, El Turia y otros. Todo ello desembocará en nuevos aires para los cambios que se avecinan en el siglo XX.
De 1900 a 1920 la población aumenta ligeramente, pero no lo suficiente como para abandonar el casco histórico medieval. El impacto de nuevas edificaciones que supone la corriente Modernista, de la mano del tarraconense Pablo Monguió, afincado en Teruel, se centra en la Plaza del Mercado o del Torico y en sus calles convergentes.
Casa Ferrán (C/ Nueva), La Madrileña y El Torico (Plaza del Torico). En 1901 llega el ferrocarril, revolucionando las pequeñas industrias. Para unir la estación del ferrocarril con el casco urbano, el ingeniero José Torán, construye en 1920-21 La Escalinata. Obra neomudéjar con remates de forja culminando en el Óvalo.
Comienza a cambiar la ciudad, con edificios como La casa de Torán, el Casino Mercantil (hoy Ibercaja), el Casino Turolense y el edificio de Correos. En 1929, se inaugura el Viaducto, obra de Fernando Hué, el segundo, entonces, más alto de Europa. Uniéndose así el viejo casco urbano, con el camino a Valencia. De esta manera, la ciudad se expande, proliferando edificios, que todavía hoy, se conservan.
En 2003 cuenta con 33.204 habitantes (revisión del censo). El empuje de los turolenses, Asociaciones y las Instituciones, están haciendo que poco a poco se salga de las constantes dificultades para avanzar.
La creación de la plataforma logística Platea incentivará la industrialización de Teruel, bajo los auspicios del Ayuntamiento de la ciudad, Diputación provincial y Gobierno de Aragón, así como las entidades bancarias Ibercaja, CAI y Caja Rural.
La puesta en marcha de Teruel Digital, aprovecha las nuevas tecnologías y la red informática.
Impulsando las relaciones por tierra, con la inauguración de la Autovía Mudéjar, que unirá Teruel con Zaragoza y Valencia.
El eje ferroviario de alta velocidad, El Corredor Cantábrico-Mediterráneo con doble vía para pasajeros y mercancías, será sin duda un aliciente importantísimo, convirtiendo a Teruel en una ciudad geográficamente estratégica. De esta manera, podemos acercar nuestros tesoros turísticos: Amantes, El Mudéjar, La Cerámica, Dinópolis... Por otra parte, el potencial de la Denominación de Origen del Jamón de Teruel es un aval para el futuro económico turolense.