24 mar 2010

Historia de Villarquemado

En la Web oficial del Ayuntamiento de Villarquemado aparece una breve reseña de su historia y sus origenes a la que se puede acceder a través del siguiente enlace:

http://www.villarquemado.es/




Orígenes.


Según documentos del siglo XIII, el pueblo tiene su origen en 1176, cuando Alfonso II creo la comunidad de Teruel, y Villarquemado pasó a pertenecer a la sexma del Río Cella. El texto más antiguo en el que aparece el nombre del pueblo de Villarquemado se remonta al 14 de abril de 1212, con datos de diezmos y primicias de las aldeas de Teruel.
No se conocen datos sobre la antigüedad de Villarquemado puesto que hasta el momento no existen asentamientos antiguos.


Leyendas.


Del porqué del nombre de Villarquemado:
de 'Villa Hermosa' a 'Villar Cremato’.

Dice la leyenda que el pueblo recibía el nombre de Villahermosa o Villanueva de las Tres Torres, por las torres que figuraban en los blasones que decoraban en el retablo de la Virgen del Rosario, obra del S. XVIII situada en la Iglesia Primitiva que cambió de nombre después de que fuesen quemadas.
No obstante, se cree que el nombre de este Ayuntamiento tiene su origen en un fatal suceso en el que el pueblo fue pasto de las llamas o destruído en las guerras, de ahí el nombre de Villar Cremato, en fechas anteriores a la conquista de Teruel por Alfonso II. Lo más probable es que antes de este acontecimiento fuese un poblado anónimo de gentes dedicadas a la agricultura y ganadería.

El santo Cristo del Consuelo decidió parar en la plaza del pueblo.

De nuevo una leyenda nos habla del Santo Cristo del Consuelo, que llegó a Villarquemado, dicen, por casualidad. La imagen venía de Valencia y su destino se encontraba en Pamplona. El artista, en un descanso en el camino, decidió parar en Villarquemado. Pero, siempre hay un pero, alguien que descubrió la presencia del Cristo decidió correr la voz entre las ilusionadas gentes. Todos los habitantes de Villarquemado arrinconaron emocionados y curiosos al Cristo. Desde entonces, se dice que cada vez que el escultor decidía emprender un viaje y sacaban al Santo Cristo se ponía a llover, por lo que al final se decidió que se quedara en el pueblo.